jueves, 19 de febrero de 2009

JUEVES LARDERO LONGANIZA EN O PUCHERO



Hoy jueves lardero, hemos comido longaniza como es la tradición, comienzan carnabales, y además yo tengo que volver a currar. Que mierda, otra vez a empezar con la rutina.
Esta semana pasada he gastado las vacaciones que me quedaban del año pasado, he estado en el pueblo, fusteando y fusteando, lo que es lo mismo dándoles al bucho, y haciendo cosicas en madera, que viene la primavera y el verano y las ferias, que por cierto ya tengo invitación para dos.
Me ha cundido, tengo que reconocerlo, eso sí, todo el día metido en harina, mejor dicho en polvo, me decían cuando volvía a casa del corral si estaba obrando. He hecho cucharas, paletas, tenedores, mieleros, y de todo. Mi padre a preparado con los retajos que sobraban palilleros, muy pinchos, y ya he conseguido doblar alguna peineta, tengo que perfeccionar el invento, pero van a quedar prou polidas.
Además de todo eso me ha dado tiempo en labrar los impeltes (olivos), salir a ver las cabras montesas y otros bichos, a andar por el monte y enseñarle a mi padre la nueva ruta de Valdoria, a subir al Cabezo de La Zarza, y bajar por el Rincón de Medialpargata, hacer de matarife, ver unos atardeceres de alucinar, así como desde mi cama ver salir la luna llena y amanecer todos los días, gozar y soñar.
La tranquilidad ha sido lo dominante, pues cada día me estoy dando cuenta que las prisas son malas compañeras, y como dice el dicho "vísteme despacio que tengo prisa" y es verdad, por correr se me jodieron varias piezas de madera, y eso jode.
El día que subía al Cabezo de La Zarza, se veían todos los Pirineos de maravilla, pero aún no tenía el adaptador para la cámara, así que no pude hacerles fotos. Con el aparatejo que me compré se veían las letras de prenavisa en La Puebla, se podían leer, es una maravilla. Además se pueden observar los animalicos de p..... m....., y sin molestarlos, con lo que se quedab quietos. Ayer por ejemplo en el Barranco La Hoz estaban la cabras debajo de las antenas, y no se podían ver muy bien desde abajo, pero si te subías a las antenas, ellas no se percataban de que estabas, al final conté 16.
Bueno, como os he dicho, mañana otra vez al tajo, y yo esta tarde me voy a dar una vueltecica con la bici por la orilla del Ebro, a ver lo que se ve, y a soñar.
Salú

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