lunes, 30 de marzo de 2009

EL TIEMPO NO ACOMPAÑÓ, PERO A MI NO ME ACOJONÓ

Mi sobrino tocando (eso es virtuisismo)
El tiempo quiso jodernos el toque del tambor en Alcorisa, pero no pudo. A pesar de que el sábado por la tarde al salir de Albalate comenzaba a llover y así como iba subiendo a Alcorisa el agua se convertía en nieve. Nada, que conmigo no pudo.
Vi el pregón por la televisión, en casa de mi prima Pili, con su marido Nono y con el chiquitín por decir algo, ya que es más grande que yo, Mario, el pichichi del Alcorisa. Después estaba previsto que los alabarderos, o soldados romanos de todos los pueblos de la Ruta, hicieran un desfile con sus toques, pero lo suspendieron por la nieve y el agua que estaba cayendo.
Estuve viendo a los tíos y después echando unas cervecillas con los primos, y viendo al Zaragoza, que por fin ganaron un partido importante, no voy a entrar de que manera, pero al fin ganaron y no se cayeron en la tabla.
Adrían el sobrino mayor que ese día cumpía años, llevaba todo el día liado, pues está en la organización y además era uno de los que tocaba en el pregón y le había subido la novia de Hijar.
Una cenita guapa con choricico de jabalí, jamoncico de Teruel, quesico, lomo con almejas (la primera vez que lo probaba) bueno, que muy bueno, tortilla rellena, postre casero y mejor digestión.
A las once y media cogimos las túnicas y los tambores y camino a la plaza. Antes como suele ser constumbre, un cafecico.
En la plaza de los Arcos, junto al ayuntamiento, muy poca gente. De Alcorisa la mayoría y unos pocos de Andorra y de La Puebla, de los demás pueblos un par por decir algo, y de algunos nadie. Al Romper la Hora, yo era el único de Albalate.
A las doce se rompió la hora, me llamó la atención que nos pegamos tocando el mismo toque más de diez minutos, una cosa increible que pase en Albalate, ya que al minuto ya están cambiando.
Allí nos pegamos más de una hora y media, pues llovía y nos refugiamos en los porches. Después hicimos un pequeño recorrido hasta un bar y luego a una peña. De allí yo me desmarqué. En los termómetros marcaban dos grados y nevusqueando. No hacía noche y además no había gente. Del pueblo subieron cuatro personas y a su bola, así que lo mejor de todo es una retirada. Ya eran las tres y media hora vieja y solo llevaba un palillo, ya que uno se había roto.
Por otro lado, tocar al lado de mis sobrinos da mala gana, te sientes un parvulito al lado de un Nobel. Hay que ver y escuchar como tocan, es una maravilla, todas las marchas de varias formas, y maneras, pero siempre perfectas, sin un solo palillazo, ni una metida de golpe fuera de tiempo. Lo que digo te dan ganas de que te trague la tierra, y dejarlos a ellos solos.
A casa fueron llegando la gente poco a poco, a las seis, las siete y las ocho. Pero todos se iban quedando a ver la F-1, yo pasé olimpicamente, y me quedé en la cama hasta las diez, hora a la que me levanté y como el tiempo era como el día anterior decidí coger el coche y bajarme al pueblo.
En el pueblo todo tranquilo, comida con los padres y siesta. Como ahora se hace de noches a las ocho, nos fuimos con el coche a ver lo que había llovido y si se habían regado los impeltes. Nada que lo único que hizo el agua es matar el polvo, pero algo se les conocía ya que estaban muy pitos. Los semblaos están preciosos. Luego nos acercamos al cardadal a coger unos cardos y a los mases a ver los conejos y las crias. Y día finalizado.
Hoy poca cosa, regreso a la citi, un poco de ejercicio y a currar. Solo me quedan ya dos noches, y cinco días para Semana Santa con todo lo que conlleva. Así que haremos un poder esta semana para aguantarla y superarla.
Bueno zagal@s a pasar buenos días, y a tocar el tambor pronto.

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