martes, 28 de abril de 2009

buen fin de semana

El fin de semana comenzó el viernes a pesar de que el jueves fué el día de Aragón pero tuve que trabajar.
El viernes por la mañana nos fuimos a Albalate, y como las previsiones meteorológicas eran malas, ya que daban agua para el sábado y el domingo, adelantamos la excursión del sábado a la tarde del viernes, así que después de comer, nos dirigimos hacia el puente del Batán, lugar en donde comienza la ruta de los Estrechos del Rio Martín. Se notó que el lunes pasado en la televisión aragonesa, en el programa viajar por Aragón habían visitado mi pueblo y habían descrito entre otras, esta ruta, ya que nos encontramos con varios grupos de gente que estaban haciéndola. Eso sí, no tenían ni p. idea, cómo se puede salir a las 2 o las 3 de la tarde ha hacerlo, y sin agua, por mucho que vayas por un rio. Así pasa lo que pasa luego.
Es una ruta que se puede hacer de dos maneras, una circular, llegando solo hasta los Chaparros, y volviendo por la margen derecha del rio, o si no seguir rio abajo, y salir encima de La Pinarosa.
Es una ruta que no es muy dura, ya que en total son unos 8 kilómetros y un desnivel acumulado de 450 metros, se tarda entre dos horas y media y tres, según la caja de cambios de cada uno y el tiempo que se emplee en ver los diferentes abrigos en donde hay pinturas rupestres levantinas, algunas esquemáticas y otros con figuras.
Se comineza en la margen izquierda del rio, y por un buen camino se llega primeramente al abrigo de los grabados, en donde en piedra hay tallados varios símbolos que datan de 1300 en adelante, son sobre todo cruces, y las hay de diferentes formas, con un corazón en la parte inferior, un rectángulo, un círculo, etc. Se sigue por el estrecho sendero, que está con sirgas en los sitios más complicados. Subiendo y bajando, aprovechando los diferentes accidentes geográficos.
De este punto se llega al recodo de los Chaparros, en donde hay varios abrigos, creo que son 5. Durante todo el trayecto se pueden ver buitres, milopas (alimoches), cabra montesa, y diversos animales más. También la flora es variada, siendo ahora un tiempo especial, ya que los romeros, los tomillos y todo está en flor, desprendiendo un olor que te hace flotar en algunos parajes.
En un abrigo y encima de las pinturas, se ha montado un panal de abejas, que se ven trabajar, entrando y saliendo, con el zumbido característico, y escurriendose miel del nterior.
Desde este punto podemos volver al coche como os he dicho por la margen derecha del río, pero yo os recomiendo seguir rio abajo. Aquí comienza lo verdaderamente duro del recorrido, ya que en varias ocasiones tienes que subir hasta lo alto de los cabezos, vas entre la roca y el precipicio, con más de 100 metros de caída, eso sí todo está perfectamente asegurado con sirgas, escaleras talladas en la roca o hechas de madera. Precioso y en algunos lugares imponente. Así se llega hasta enfrente del abrigo de los Estrechos y la central eléctrica de Ribera. En todo este tramo vas o bien por encima o dejando abajo el canal que alimenta la central.
Una vez llegado a la central, el camino, bueno el sendero, ya se vuelve camino y al poco se llega al final del recorrido y se sale a la carretera.
Esta vez, mi prima y los sobrinos nos subieron a buscar para volver al coche, pues meterte tres kilómetros por carretera, no es muy aconsejable.
En la paridera del Guardo, estaban cortando miel, y las abejas se encontraban un poco alborotadas, y así me fué, dos picadas como dos soles, una en el pecho y otra en el hombro, que en un principio no pasó nada, pero el domingo me hizo reacción y llevo dos rosetones de preocupar, me fuí al médico y todo.
El sábado por la mañana, plantamos en el huerto unas lechugas de varias clases y unas pepineras, y nos fuimos a la Zarza. Se dejó el coche en el Mas del Paco y de allí al cabezo, son unos 3 kilómetros entre subir y bajar, con un desnivel de 250 metros. Allí vimos un par de corzos o culicos blancos como los llaman algunos del pueblo, y cabras. Ya era la hora de comer y bajamos al pueblo, eso sí antes le ayudé al Paulino a meter el grupo y la hormigonera en la Espartosa, ya que está preparando un mas, y lo está dejando majo, para que luego vaya su hija con el novio, o con quien quiera a pasarlo bien, el banco está de vicio para sentarse.
A la tarde hicimos fusteé algo, he hice unos mieleros y mi padre preparó madera para hacer cucharas. Luego a ver un poco el Zaragoza, que por fin está en puestos de ascenso, unas birritas y ta casa a cenar. Salimos a dar una vueltica por el pueblo, y le enseñé a Asún por donde v la procesión, el barrio Fermino, el cantón merdero, lugares característicos.
El domingo era el día de la Virgen y al Santuario subimos, visita a la capilla, y como es derigor, almuerzo, una tortilla de espárragos verdes del huerto. Luego hicieron la misa de campaña, y el reparto del pan. Mucho iba a llover, pero no cayó ni una gota, eso sí hacía un frío que pelaba, pero antes muerto que sencillo, así que aún jodidos de frio nos quedamos a comer en el Santuario. Este día muchos desistieron y se fueron a los mases respectivos para no pasar frio. Se hizo el milagro y ví comer costillas, longaniza e incluso brazo de gitano, a Asún, no me lo podía creer. Los crios se lo pasaron de vicio, y enrredando todo el día. Ya sobre las 4 y como casi no había ambiente, no bajamos al pueblo y vuelta a Zaragoza.
Ayer lunes a currar, y a llevar el coche a arreglar, ya que hacía un ruido extraño, menuda putada, la transmisión, y sin arreglo, así que una nueva y una buena hostia al bolsillo.
El culebrón de la Muela sigue, y cada vez van saliendo más cosas, y espera lo que te rondaré, si tiran de la manta, igual no queda títere con cabeza.
Un buen fin de semana, en el que he hecho de todo y todo bien
Salú






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